Refúgiate en Dios (Salmos 16:9–11)

Refúgiate en Dios (Salmos 16:9–11)

Puedes encontrar paz, fortaleza y alegría en la presencia de Dios.

Que tu enfoque sea Dios (Mateo 21:12—17)

Que tu enfoque sea Dios (Mateo 21:12—17)

Debemos mantener nuestro enfoque y adoración en Dios, evitando que los intereses mundanos nos distraigan, tanto en nuestra vida diaria como en la casa de Dios.

Teme a Dios y guarda Sus mandamientos (Eclesiastés 12:1–13)

Teme a Dios y guarda Sus mandamientos (Eclesiastés 12:1–13)

Da hoy a Dios lo mejor de ti. Como el mañana no está garantizado, empieza a servirle con el vigor que te ha dado.

Sé sabio y no un necio (Eclesiastés 10:1–20)

Sé sabio y no un necio (Eclesiastés 10:1–20)

Dios quiere que seas un hombre sabio, no un hombre necio, y si somos necios, podemos crecer a ser sabios.

Disfruta la vida (Eclesiastés 9:7–12)

Disfruta la vida (Eclesiastés</a> 9:7–12)

Dios quiere que disfrutes de las cosas de la vida de las que te ha rodeado.

La búsqueda de Dios (Isaías 55:6–9)

La búsqueda de Dios (Isaías 55:6–9)

Debemos buscar a Dios según nuestras posibilidades y acudir a Él para obtener su sabiduría y su misericordia.

Jesús, el Salvador del mundo (Lucas 2:8–14)

Jesús, el Salvador del mundo (Lucas 2:8–14)

Jesús es el salvador del mundo y debemos compartir esas buenas noticias.

Confía en Dios (Eclesiastés 8:14–17)

Confía en Dios (Eclesiastés 8:14–17)

Debemos de confiar a Dios aún en momentos difíciles e inciertos, porque Él tiene el control.

Hay perdón y salvación en Cristo (Mateo 4:17)

Hay perdón y salvación en Cristo (Mateo 4:17)

Acércate a Cristo con arrepentimiento y recibe Su salvación. 

Dios contesta las oraciones (Lucas 1:11—15)

Dios contesta las oraciones (Lucas 1:11—15)

Cuando pongas tus peticiones en oración ante Dios, espera pacientemente Su respuesta.