Todo proviene de Dios (Salmos 127)
Sin la bendición de Dios, nuestros esfuerzos son en vano, y que los hijos son una bendición que requiere la guía activa de los padres.
Hay esperanza en Cristo (Juan 11:17-27)
Hay que confiar en el tiempo de Dios, a ser pacientes en nuestras oraciones, y a reconocer que Jesús, como la resurrección y la vida, es la fuente de nuestra salvación y esperanza, incluso cuando las circunstancias parecen desesperadas.
Acércate a Dios (Lucas 7:36-50)
Debemos acercarnos a Dios con un corazón contrito y reverente, reconociendo Su gran misericordia y el perdón que nos ofrece.
Se un mayordomo fiel (Mateo 25:14-30)
Sabe que los talentos y habilidades que Dios te ha dado están destinados a ser usados para Su gloria. Usa todo lo que tienes para el avance de Su reino.
La sabiduría en la creación de Dios (Proverbios 30:24-28)
A través de las lecciones de las hormigas y las langostas, Agur nos enseña la importancia de la preparación y la unidad para enfrentar los desafíos de la vida y avanzar en el reino de Dios.
Busca la guía de Dios (1 Samuel 30:1-8)
En tiempos de crisis, es esencial buscar la dirección de Dios para tomar decisiones sabias y corregir errores.
Reposa en Dios y Su verdad (Génesis 32:1-12)
En tiempos de miedo y ansiedad, confía en la fidelidad de Dios, busca Su guía a través de la oración y recuerda Sus promesas para encontrar fortaleza y paz.
Obedece mientras esperas (Exodo 23:20-33)
Obedecer a Dios y confiar en Su tiempo perfecto nos protege, nos guía y nos permite recibir Sus bendiciones.
Predica la Palabra (2 Timoteo 4:1-8)
Somos llamados a predicar la palabra de Dios con fidelidad y perseverancia, aprovechando cada oportunidad, a pesar de los desafíos.
Jesus quiere transformarte (Juan 5:1-9)
Jesús nos invita a abrir nuestro corazón a Él y dar el primer paso hacia la sanación, recordándonos que siempre hay esperanza en su poder para transformarnos.