Lleva tu dolor a Dios (Salmos 77:1–20)
Sé que cuando atravesamos diferentes pruebas, nuestra primera reacción es rendirnos o guardar nuestro dolor, pero se nos anima a ser abiertos y sinceros con Dios. Él conoce tu dolor y frustración. No pierdas la fe, recuerda que Él ha obrado por ti en el pasado y lo hará nuevamente.
La adoracion intencional (Salmos 33:1-22)
La adoración a Dios debe ser sincera y continua, nacida de la confianza en Su soberanía, adorándolo en todo momento, tanto en gozo como en tribulación.
La genuina adoracion (Salmos 40:1-10)
La adoración a Dios debe ser un estilo de vida continuo y sincero, naciendo de un corazón que confía en Él y refleja gratitud por Su liberación, más allá de rituales y costumbres.
Adora a Dios (Hechos 16:22-26)
La adoración a Dios debe ser incondicional, incluso cuando no entendemos todo, simplemente porque Él lo merece. Así demostramos nuestra plena confianza en Él y en Sus propósitos.
La busqueda de Dios (Lucas 10:38-42)
Debemos buscar a Dios de manera intencional y esforzarnos por no distraernos con las responsabilidades de nuestro servicio a Él y de la vida diaria.
Ten fe en el plan de Dios (1 Reyes 19:9–18)
Debemos descansar en las promesas inmutables de Dios, sabiendo que no estamos solos y que Él cumplirá Su propósito en nosotros.
El agotamiento espiritual y emocional (1 Reyes 19:1–8)
Elías, a pesar de su profunda fe y haber sido un hombre de Dios, enfrentó el agotamiento emocional y espiritual, mostrándonos que los creyentes pueden experimentar luchas difíciles, pero en esos momentos, debemos buscar el descanso en Dios.
Ten fe en Dios (1 Reyes 18:41–46)
Tenemos que acercarnos a Dios con humildad y con fe perseverante.
Compromete tu corazón (1 Reyes 18:20–40)
Haz un compromiso de servirle a Dios con todo tu corazón.